La mente no para quieta, cree que encontrará la satisfacción en la realización de continuas actividades y retos varios y por eso a unos os da por escalar, a otros por hacer el camino de Santiago en patinete, a otros por machacarse en el gimnasio, etc, en fin cada uno hace cosas, inexplicables para los demás, según el azar, sus gustos y posibilidades.
La mente pensante nos empuja involuntariamente a hacer todas esas cosas pero cuando pasan los años y observas friamente el proceso, y lo resultados, te haces consciente de que realmente no sabes muy bien porqué las haces, porque realmente no necesitarís hacerlas para estar bien (incluso te dan problemas y te generan lesiones) y acabas preguntándote cosas del estilo: ¿por qué trabajo tanto si necesito tan poco? ¿por qué aguantar al pesado de mi cuñado? ¿por qué escalar montañas?.......
Tal vez sólo escala el que busca y el que lo ha encontrado deja de escalar.....
¡Saludos!
La mente pensante nos empuja involuntariamente a hacer todas esas cosas pero cuando pasan los años y observas friamente el proceso, y lo resultados, te haces consciente de que realmente no sabes muy bien porqué las haces, porque realmente no necesitarís hacerlas para estar bien (incluso te dan problemas y te generan lesiones) y acabas preguntándote cosas del estilo: ¿por qué trabajo tanto si necesito tan poco? ¿por qué aguantar al pesado de mi cuñado? ¿por qué escalar montañas?.......
Tal vez sólo escala el que busca y el que lo ha encontrado deja de escalar.....
¡Saludos!